venerdì, marzo 31, 2006

Un involuntario más

el delirio de un nacionalista

El pont i la T4

JOSEP GELPÍ - 07/03/2006
SUBSCRIPTOR 1 BARCELONA

Fa un mes que els usuaris del pont aeri Barcelona-Madrid estem suportant l´atzagaiada de la posada en marxa de la nova terminal T-4 de Barajas. El temps total invertit en el desplaçament s´ha allargat prop d´una hora entre anada i tornada i això ho patim principalment els catalans que per motius de feina o burocràtics hem d´anar a Madrid, que ens veiem obligats a canviar de terminal per tenir accés al metro. Així doncs, l´elevat cost que suposa aquesta hora perduda multiplicada pel nombre de viatgers està sortint majoritàriament de les butxaques dels catalans.

Per què no s´han tingut en compte tots aquests inconvenients abans de gastar-se prop d´un bilió de les antigues pessetes en la construcció d´aquesta terminal? No per fer més gran l´aeroport tindrem els usuaris més bon servei. També cal tenir en compte que l´ambició de comptar amb un dels més grans aeroports d´Europa menysprea el criteri de millora de la prevenció d´accidents, atesa l´obligada limitació de l´espai aeri.

lunedì, marzo 27, 2006

Me da miedo

Estimado catalán,

nunca hubiera imaginado escribirte esta carta, el caso es que recientemente estoy teniendo pesadillas por culpa del catalán.

Nada relacionado con el Estatuto, que sabes yo apoyo; es otra cosa.
No sé si habrás tenido la ocasión de ver la ultima campaña de la Generalitat para impulsar el catalán, por si a caso aquí la tienes, perdona que no me haya atrevido a poner la foto en el blog pero tenía miedo que pasara un niño por aquí y no quiero ser responsable de ningún trauma infantil.

No quisiera que te enfadaras, pero hay que ser razonables, si me dices que "cuando salgo el catalán va conmigo" yo me acojono.

Me parece el ojo de Dios, un ojo al estilo viejo Testamiento, que me vigila... me parece el KGB que me espía.
Además, como nunca había imaginado el catalán como entidad con vida propia y capaz de seguir a las personas, ahora me siento raro: paso todo el día mirándome a las espaldas para ver dónde se ha metido el catalán.

Me has quitado la tranquilidad y ahora mi vida parece una peli del terror.
Tengo que ser sincero: no tendría nada en contra de que el catalán me persiguiera si fuera una señorita agradable y disponible pero el caso es que tú lo has dibujado como un pulpo negro y desagradable.

Me has condicionado; ahora me siento peseguido por el pulpo, el pulpo que extiende sus tentáculos y al final de cada tentáculo hay una boca mecánica.

Entiendo que la única forma de hacer que la gente hable en catlán es acojonarla haciéndole creer que al catalán es un ser vivo y tentacular que se cabrea si no le tienes en cuenta pero no has considerado lo efectos colaterales...

Estimado catalán, el catalán me da miedo.

Atentamente

giovedì, marzo 16, 2006

Otro involuntario

Estimado catalán,

de las cartas de los lectores a La Vanguardia

Equidad en la lengua

PEPE MARTÍNEZ - 16/03/2006
TERRASSA

Mi reconocimiento por su claridad de ideas y exposición a Martín Menschen ( "Problema lingüístico", 12/ III/ 2006). ¿A qué viene provocar debates estériles, como el de la bandera de Montjuïc, cuando los políticos saben que la ley indica que las banderas deben estar en todos los edificios oficiales? Si las personas que vivimos en Catalunya practicamos el bilingüismo; si catalán y castellano son lenguas oficiales, compórtense con equidad. ¿Por qué se empeñan en no cumplir la ley, en las banderas, en la rotulación de centros oficiales o en las señales de tráfico?

Abandonen su aldeanismo, abran su mente y piensen que los otros pueden tener razón, observen la sociedad y tomen nota de las necesidades de los ciudadanos. Los idiomas están para entenderse, no para separar a las personas.

Atentamente

mercoledì, marzo 08, 2006

El odio al catalán

Estimado catalán,

tengo que comunicarte que he hecho un descubrimiento asombroso.
Ayer estaba con un grupo bastante heterogéneo de españoles: había gente de todas las procedencias.
Entre ellos, en particular había una catalana y un chico de Madrid.
El chico de Madrid, que normalmente no habla catalán, cuenta que canta en una coral, dice dónde, añade algo que no entiendo y la chica catalana, sorprendida, suelta:
"¡Y en catalán!"
Evidentemente ella lo dijo en catalán yo he tenido que escribirlo en español porque como bien sabes no hablo catalán, no te lo tomes mal: si no lo hablo es en signo de deferencia hacia tu idioma.
Hace tiempo decidí respetar más el catalán que el español y pensé que en cuanto llegara de Italia habría cometido más faltas que más adelante con lo cúal decidí aprender antes el español que el catalán, el día en que acabe de aprender el español y lo hable mejor de un hispanohablante me dedicaré al catalán.
Por entonces -si todavía estoy vivo- tendré el oído bastante acostumbrado al catalán como para no machacarlo demasiado, como hice con el español, y me dedicaré al aprendizaje del catalán en cuerpo y alma.

Bueno, vuelvo al argumento de mi carta de hoy para comunicarte mi asombroso -y doloroso- descubrimiento.
Hubiera preferido no detectar aquella nota de sorpresa en aquel "¡Y en catalán!" pero fue la gota que hizo derramar el vaso porque ya había percibido la mísma sorpresa demasidas veces cuando alguien que no fuera catalán hablaba en catalán.
Ojalá nunca me hubiera dado cuenta de eso, ahora no estaría tan dolido... ya que duele descubrir que los catalanes desprecian el catalán.
supongo que esta te parecerá una afirmación un poco fuerte, desgraciadamente es la pura realidad.
Analizemos detenidamente el tema y verás que concuerdas conmigo.
Es un hecho irrefutable que el catalán se emociona y se sorprende cuando alguien que no ha tenido su misma gran suerte de aprender catalán se expresa en catalán.
No podemos olvidar que quien no habla catalán por costumbre está presionado constantemente para que abrace EL Idioma, abandonando lo que le es más cómodo (cosa vagamente contradictoria si procede de un pueblo tan firmemente anclado a sus tradiciones).

Estimado catalán, ¿has visto alguna vez a un inglés que se sorprende porque le hablas en inglés? ¿Has estado alguna vez en Inglaterra? ¿Alguien ha intentado convencerte de que aprendieras inglés?
¿Se te ha implorado alguna vez que aprendieras italiano?
¿En alguna ocasión se ha intentado obligarte a hablar un idioma que no dominas cuando tu interlocutor podía comunicarse contigo por medio de otro idioma (las clases de idiomas no cuentan)?

Los ingleses saben que el inglés es importante y no les extraña observar los esfuerzos de los que intentan hablar su idioma.
Puedo ponerte un ejemplo clarificador:
ciertamente yo me sorprendré si alguién me dice que Raffaella Carrá, con el debido respeto, es una gran cantante pero no encontraré sorprendente que alguién piense que la pizza es fabulosa.

¿Entonces por qué todo esto pasa en Cataluña?

La respuesta por dolorosa que sea es muy sencilla: los catalanes desprecian el catalán.
Podrías contestarme que todas estas actuaciones són más bien el fruto del convencimiento de que el catalán es muy importante: entonces, ya que no puedo imaginar que los catalanes no consideren muy importante el inglés, ¿por qué no intentan obligarme a hablar inglés?
¿por qué no organizan cursos gratuitos de inglés y los anuncian en las pantallas del metro?

No hay vuelta de hoja, la situación en la que versa Cataluña es fruto del desprecio de los propios catalanes hacia su idioma.
El efecto sorpresa generado en los catalanes por unas palabras en su propio idioma pronunciadas por una boca no autóctona es el ejemplo más claro: les sorprende ver que alguien se ha tomado la molestia de aprender sú idioma, esto sería imposible si no fuera que ellos mismos lo considerán inútil y despreciable.
No conciben que esto sea posible.
No importa lo que digan en voz alta o lo que no se atreven ni siquiera a pensar, la verdad es otra.
A esta, para mi, muy triste realidad hay que añadir que los catalanes están obligados a seguir expresándose en este idioma:
se les ha convencido de que su idioma está en peligro, se les ha inculcado que hay que hablarlo, que hay que darle cuerda -posiblemente les gustaría darle la cuerda para que se colgara-, se les ha aterorrizado convenciéndoles que el catalán es la piedra que hace que Cataluña no sea invadida, en la mejor de las hipótesís, por el mar.
Ahora los catalanes como promedio no son completamente tontos, y ven la insensatez de estas afirmaciones.

Estos hechos incontestables, poco a poco, les han llevado a odiar el catalán: ignorantemente encuéntran un sinsentido tener que expresarse en un idioma que aborrecen y han empezado a odiarlo.
Al mismo tiempo Cataluña se ha ido desarrollando y aquí han confluído gentes de varias procedencias: los catalanes habrían estado encantados de dejar el catalán y empezar a hablar español -además se habrían librado de una vez por todas de tener que hablar de la Guerra Civíl- pero justo en aquel momento las campañas se han intensificado.
Para no ser tachados de traición y de colaboracionismo han empezado a levantar a los de fuera, día trás día, la misma imposición que ellos padecián: puede que fuera porque algún espabilado encontrara alguna gracia en el catalán y se la explicara, o que fuera para vengarse de una imposición recibida que no entendieron en su momento o que fuera sadismo puro y duro "¿yo tengo que seguír expresandome en un idioma insignificante? ¡Toma, tú también!"
Sobre todo tiene que ser muy duro que te obliguen a hablar catalán desde Alemania, tiene que ser difícil cargar con el peso de tener que seguír un decalogo.

Muchas veces he oído a gente decir que los catalanes están volviendo antipático el catalán: no podría ser de otro modo;han acabado odiándolo.
Nadie puede describir como algo apetecible una cosa que desprecia, pero esto es el resultado, no la causa del odio.

En este cuadro desolador puede que quede alguna esperanza: me alegra ver que todavía hay gente que habla catalán sin obligarme a hablarlo: estos pocos son los que no les sorprende que un no catalán hable sú idioma porque ellos no lo desprecian.
Para ellos es sencillamente un idioma.

Atentamente

martedì, marzo 07, 2006

Miedo en el Tivoli

Estimado catalán,

el sábado pasado asistí al Teatro Tivoli a la constitución del partido de Ciutadans de Cataluña.
Imagino que no te hará gracia saberlo pero tienes que saber que en ningún momento esta asistencia, para mí, ha significado respaldo a una iniciativa tan alejada de los sentimientos de esta tierra tan hermosa que, indignamente, me hospeda.
La verdad es que yo fuí allí sencillamente para estudiar al enemigo, sabía muy poco de sus ideas y quería enterarme.
Así que el sábado, con otros tres bloggers, fuimos allí.

La primera cosa que me ha sorprendido es que yo me esperaba la presencia de muy poca gente puesto que los problemas planteados por lo que hasta aquel momento era una plataforma ciudadana, carecen de importancia ya que no cabe duda que la sociedad catalana no está reflejada en las elucubraciones de aquellos pijos (me he enterado luego que habían sido definidos como pijos).
¡así es! Los hechos me han dado la razón.
A nadie le importa los delirios de unos cuantos pringados, toda la gente que estaba allí había madrugado para estudiar el enemigo, estoy seguro.
Lo puedo afirmar con toda seguridad porque ha habido un detalle revelador: los bolígrafos.
Tienes que saber que a la entrada del teatro, a cada persona, se le distribuía una carpeta y un pequeño bolígrafo de publicidad.
Nunca ovidaré lo que he visto el sábado por la mañana porque la gente esto de los bolígrafos de publicidad se lo toma en serio: podías ver gente que llevaba las carpetitas cerrada por medio del clip de cinco bolígrafos de aquellos, la mayoria de los asistentes después de unos 20 minutos de haber accedido al teatro llevaba en en bolsillo de la camisa un número de bolis que variaba entre los dos y los cuatro.
Hasta ha habido un sujeto que había acaparado cinco y los exhibía orgulloso.
Estoy seguro que esto, además de poderse imputar a lo que yo definiría "parsimonia catalana", es debido a la, encomiable añadiría, intención de vanificar los esfuerzos publicitarios del aversario politico, pero me hace excluír por completo la presencia de pijos en aquel lugar.
Lo pijos tienen miedo que los bolis baratos pierdan tinta y ensucien sus preciosas camisas: con lo cual o los seguidores de Ciutadans de Catalunya no son pijos o el teatro estaba abarrotado de espías.
Pensando en estas cosas se han apagado las luces y ha empezado la presentación.

Me esperaba un acto aburrido, en cambio he tenido que indignarme cuando he tenido que asisitir a la demolición de un hombre tan íntegro como Jordi Pujol: en el vídeo que ha sido poyectado para dar comienzo al acto se le acusaba de corrupción y se le imputaban tantos escandalos como tantos bolis se había llevado el que más se había llevado en los minutos previos.
¿Posiblemente los espías eran de CiU?

Pero mientras estaba allí escuchando he recordado que, mientras mi atención se dirigía al desfile de bolis, había muchos periodistas, muchas cámaras de televisiones... y yo ¡estaba en la platea!
Me ha entrado el pánico: ¿y si alguien se entera de que estoy aquí?
Yo que sé, mi suegro, mi jefe -que acaba de regalarme un libro de Ramón Tremosa i Balcells (¿quién es Balcells? tiene que ser famoso para mencionarlo tan solo con su apodo) "Estatut de Catalunya veritat contra mentides"- cómo podría justificar yo mi presencia en lugar tan infecto?
Era todavía el principio y todavía, los que hablaban, iban exponiendo conceptos que se pueden condividir sea cual sea la ideología individual, pero cuando todos aplaudían yo intentaba no apludir, aunque estuviera de acuerdo, para que los eventuales observadores notaran mi desaprobación.
En fin, estaba acojonado.
Ya me veía en el paro, me preguntaba si mi presencia allí podría dificultar, de alguna forma, mi derecho al subsidio de desocupación.

Entonces he empezado a notar que lo que oradores iban desarrollando con muy buena voluntad, era un discurso coherente no decían nada que no fuera razonable, los conceptos expuestos no abarcabán de ninguna forma la intolerancia o el odio: en ningún momento se ha cedido el paso a la intolerancia o a lo fácil -por ejemplo que yo recuerde no se han mencionado los informes de Pujol de que tanto se ha hablado en estos días-.
Si queremos ser exactos la afirmación más furte que han hecho es que no se les pueden atribuír sentimientos a un territorio: sólo se pueden atribuír a los ciudadanos.
Afirmación que por otro lado me parece más que razonable (por ejemplo me resulta muy díficil atribuirle sentimientos al Everest) con lo cual habría que modificar una frase que he escrito al principio en:
"una iniciativa tan alejada de los sentimientos de los ciudadanos de esta tierra tan hermosa que, indignamente, me hospeda".
A ver ¿por qué tenía yo que tener vergüenza o miedo en aquel momento?

¿Por qué el secretario general de ERC, Joan Puigcercós, ha tenido que definir la plataforma Ciutadans de Catalunya como el partido del "auto-odio" y añadir "representan a una colectividad que no acepta la pluralidad y la historia de Cataluña"?
Más bien me parece que no se acepta la pluralidad en el momento en que intenta descalificar un nuevo partido politico sea cual sea su planteamiento.
Me parece que la pluralidad se niega en el momento en que yo estoy acojonado por asistir a un acto público.
Es verdad, el acojonamiento es un sentimiento muy personal, y nunca he sufrido intimidaciones, pero una cosa es lo que pasa efectivamente y otra, estimado catalán, son las señales y las consignas silenciosas que hay que aceptar para vivir sin problemas en tu sociedad.
En fin por suerte ya iba a acabarse mi experiencia en el Tivoli cuando ha empezado su discurso Arcadi Espada diciendo que se ha intentado atacar la plataforma, por ejemplo, utilizando de forma despreciativa la profesión, o mejor dicho la condición, de la mayoria de los fundadores: ser intelectuales.
Allí he empezado a recordar que había un escritor francés que definía al intelectual, o al artista, como una especie de eremita en una torre de mármol lejos de todas las contingencias humanas diarias, el intelectual es muy celoso de su condición; así que la situación no debe de ser realmente muy feliz aquí para conseguír que los intelectuales desciendan todos los escalones que los llevan a la cotidianeidad.
Pero ¿por qué seguía yo teniendo miedo? Aquellos señores solamente estaban diciendo que no se debe, de ninguna forma, obligar nadie a utilizar un idioma cuando puede comunicarse perfectamente utilizando otro.
Decían, y me parece condivisible, que no se debe gastar dinero público para perpetuar una situación anormal por medio de organismos que llevan la palabra normalización en su nombre.

No sé, sea como sea el acto se ha acabado y yo he salido con mi carpetita doblada de modo que no se viera escrito www.ciutadansde catalunya.com.
Ha sido asombroso: toda la gente que se veía por la calle, procedente del acto, la tenía escondida igual que yo.
No podía ser una casualidad: ¡estábamos todos acojonados!
Me he ido a coger el metro para volver a casa.
Mientras esperaba el metro una de aquellas pantallas del metro que difunden anuncios constantemente ha difundido un anuncio que promociona cursos de catalán gratuitos (por cierto para apuntarse o pedir informaciones hay que llamar a un número 902 con lo cual no son absolutamente gratuitos) el lema de esta campaña de la Oficina de normalización linguistica" es "Barcelona te enseña catalán".
Bien poca normalización tiene que hacer una oficina que mendiga el estudio un idioma: a mí en Inglaterra nunca nadie me ha pedido que estudiara inglés, en Italia nadie implora los extranjeros que estudien italiano y nadie me ha invitado a estudiar español.
Pensando esto y que durante toda la presentación del nuevo partido la única nota excluyente o de falta de pluralidad que he apreciado ha sido cuando el señor Arcadi Espada ha dicho:
"todos aquellos magrebíes, cubanos, ecuatorianos, colombianos, ingleses, rumanos, argelinos, búlgaros, rusos, coreanos, chinos, japoneses, australianos, senegaleses, americanos, franceses, portugueses, valones y flamencos, bretones y bávaros, quebecoises y canadienses que viven entre nosotros y que, por cierto, y cuanto antes, y ya que pagan, y ya que pagan, han de votar entre nosotros."
bueno se ha olvidado los italianos...
he vuelto a casa convencido que no es justo que haya estado acojonado durante toda una mañana y que los responsables de este estado de las cosas dejarán la politica, y dejarán sus encargos a personas elegidas en las filas de ciutadans de catalunya.
Esto convencimiento no es fruto de ningún análisis político profundo es cuestión de confianza mutua.

¡Vivan los ciudadanos!
Sigue con salud